No sabía cómo definir este vídeo que publico (¿vídeo? ¿podcast? ¿caca? ¿en realidad, este vídeo no existe en ninguna dimensión espacio temporal?).
Así que lo enseñé a una amiga (gracias Nuria y a todxs lxs amiguxs que son un faro en nuestra vida) que lo definió un monologo. Y de repente sentí mucho fastidio porque sí, esto es! Justo aquello que no quiero más hacer, un monologo. Así que tuve que descubrir el sentido de lo que hice a posteriori y entender que quiero una nueva temporada en mi blog en la que haya diálogos, en la que ahondar en nuestra interdependencia y acompañar a otras narrativas. Los temas seguirán los mismos, la salud física y mental, la discapacidad, el trauma, la sexualidad y las emociones, en fin esos temas que encuentran tanta resistencia pero que son necesarios hablar en nuestra cotidianidad. Con humor, no ese humor que degrada y pisotea, sino el que alivia y nos une, ese humor que he llevado conmigo siempre y que me ha salvado. En fin, quiero conversaciones como cuando nos sentamos con nuestrxs amigxs y nos sentimos tan segurxs que podemos permitirnos ser blandxs y a la vez reírnos de nosotrxs mismxs. Así que perdonadme este vídeo que publico, no era el que quería hacer y aún así ha sido necesario para un nuevo darme cuenta, para marcar un final y un nuevo inicio, para fastidiarme con lo que ya no tiene que seguir y esperar crear algo nuevo. A ver si lo logro y si no, pues pienso que nadie se dará cuenta y el mundo seguirá igual.
EL CUCARRÓN 
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