Alimentación y Esclerosis Múltiple

Algunos consejos de alimentación para personas con enfermedades autoinmunes y el complicado proceso de hacernos responsables de nuestra propia salud

Como comentaba en el vídeo, cuando me responsabilicé de mi estado de salud y descubrí que cambiar mi alimentación me podía ayudar con la Esclerosis Múltiple, no dudé un segundo en hacerlo, a pesar de las grandes renuncias que ello suponía. Pero, erróneamente, empecé a pensar que había encontrado la explicación, y por ende la “solución”, de mi enfermedad; mi objetivo no era vivir cotidianamente de la forma más plena posible sino más bien que la EM desapareciera y que yo pudiera volver a ser la misma persona de siempre.

Hace unos días leí en un post Instagram de Joan Garriga, psicologo humanista y terapeuta Gestalt: “En el universo de lo psicológico hay una creencia extendida fruto de una concepción lineal del tiempo: la de que tener la comprensión de una causa procura una solución creyendo que logrando entender su pasado mejorarán su presente y su futuro, y vemos muchas veces como tienen teorías y claras y certeras comprensiones sobre sus padres y su crianza, pero paradójicamente, a veces éstas actúan como cárceles y no como libertadores. En su mala versión aprovisionan de justificaciones de desdicha que no de impulsores de gracia.”

Esto fue exactamente lo que pasó en mi caso. En búsqueda de una “solución” que me calmara, me hice víctima de mi propia narrativa de vida. Esta actitud, de rechazo a la enfermedad y resistencia a la realidad, incluso afectó a la relación con los médicos y los tratamientos, generandome muchísimo malestar cada vez que tenía que hablar con mis neurólogos; además desarrollé desconfianza hacia todo y un fuerte sentimiento de aislamiento y de ser incomprendida. En ese momento, tuve clarísimo que la EM era un mundo en el que cada uno tenía que encontrar su camino; pero yo al principio andé en el mío víctima de la ilusión de no querer estar “enferma” y solo quería quitarme de encima esta etiqueta.

Hoy sé que la etiqueta no hay que huirla, hay que abrazarla para cambiarla y enriquecer su significado. Así como ya no me hago la ilusión de que la EM desaparezca, porque en mi caso, no sólo no desapareció, sino que empeoró así que solo queda aprender a vivir con ella. A la vez, me he perdonado; ahora entiendo que, en la desesperación, me agarré a lo que era más fácil: pensar que algo/alguien tenía la “solución” a mis problemas, subestimando el mismo concepto de salud. La alimentación es una parte fundamental, pero hay mucho más aspectos que influyen en la gestión de una enfermedad crónica como la EM; en mi caso, tenían que ver también con cambios profundos, psicológicos y espirituales, que se habían hecho necesarios en mí y con el enfrentarme a los fantasmas del pasado que había estado huyendo toda la vida. Entendí también que no podía caer en la arrogancia de pensar que lo podía hacer todo sola y que tenía que tener la humildad del que no sabe nada y quiere aprender. Sigo recorriendo el mismo camino pero de repente soy un nuevo ser y no sé nada mí.

5 respuestas a “Alimentación y Esclerosis Múltiple

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  1. Una labor importante la que estás haciendo: levantar tu voz y al mismo tiempo tejer red. La primera, como forma de auto-conocimiento y “salvación”, la segunda tan necesaria para no sentirse solos, para encontrar otras voces con las cuales dialogar y desde la mirada entrar en el alma del otro para una comprensión profunda del proprio ser. Adelante!

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